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Resumen del acto de presentación del libro de Antonio Vargas y Homenaje al compañero Manolo González Reyes

Viernes 2 de mayo de 2008, por Secretaria_Prensa

Presentación del libro de Antonio Vargas Rivas (Adra, 1917) "Guerra, Revolución y exilio de un anarcosindicalista" en el local de CNT Málaga y Homenaje al compañero fallecido recientemente Manolo González Reyes.

Con una afluencia de público considerable se ha llevado a cabo estos emotivos actos que contaron con la asistencia de Antonio Rivas, y de compañeros de Adra, que hicieron una magnifica presentación del libro de Antonio Rivas. La presentación del acto la hizo el Sindicato de Málaga, que agradeció la participación y el interés por el acto, haciendo una pequeña introducción al mismo.

Pasó la palabra al compañero Carpintero, de la CNT de Adra, quien expuso de una manera detallada los aspectos más interesantes en la vida de Antonio Vargas o sobre la represión en Andalucía por parte de las fuerzas nacionalistas. Posteriormente Antonio Vargas explicó con detalle el por qué de la publicación de sus memorias, y la necesidad de contar lo que él vivió, sin ser escritor, en este magnifico libro, cuya sinopsis del mismo podéis encontrar en la pagina cnt.es/malaga.

Al final de la presentación, se hicieron numerosas preguntas desde el público al compañero acerca de su intensa vida como revolucionario, y sobre otros aspectos como su participación en la Colectividad de pescadores de Adra, del papel de los comunistas a la hora de obstaculizar el avance de la colectividad en Adra, o de sus experiencias en las cárceles y campos de concentración franceses, hasta que se alistó con el ejército inglés donde sería condecorado al igual que la mayoría de los españoles que lucharon contra el fascismo de la Alemania nazi.

Al final de la contienda, una vez desmovilizado, se quedaría a vivir en Inglaterra, donde participó de la reorganización de la CNT en el exilio, debido al número de compañeros que allí vivían, y a sus firmes convicciones, desde donde lucharían contra el fascismo español, y ayudarían a muchos represaliados y compañeros presos en España.

Cuando muere el dictador, y una vez que se jubila, decide volver a su pueblo, donde vive junto a su familia, y ahora podemos leer sus Memorias, que han contado, como dice él mismo, con el apoyo de los compañeros de Adra y Almería, que sirven para arrojar luz sobre ese periodo revolucionario tan poco conocido, y sin odio. Hoy, su pueblo natal, puede conocer aspectos de lo que realmente ocurrió a muchos compañeros, que han sido denigrados, o asesinados, y ahora este libro hace justicia a lo que realmente ocurrió y conocer el papel preponderante de la CNT en Adra durante esos años de guerra y revolución.

Posteriormente, se hizo un pequeño homenaje a otro compañero de Málaga, Manolo González Reyes, a cargo del compañero Fernando Piernavieja, ya que le unía una amistad que duraba bastante años. Asistieron sus hijos y familiares más directos, y a ellos se le dedicó este pequeño homenaje.

Como no era muy amigo de las entrevistas el compañero fallecido, pero como participó en una de las charlas de Anarquismo que organizó este sindicato, pudimos reproducir parte de su intervención, donde explicaba a los allí presentes, y a José Luis Gutiérrez Molina , la fuerza que tenia la CNT antes de la guerra en Málaga y otras provincias, y también de hechos poco conocidos en relación con la CNT durante la posguerra, como la referencia a la fuerza que tenía el sindicato y la cantidad de periódicos que se hacían y distribuían: miles de afiliados que cotizaban en Madrid, miles de periódicos que se distribuían a través de los ferrocarriles, y se utilizaba como medios desde los traslados de equipos de futbolistas o de quienes acompañaban los toreros entonces, (pertenecían muchos de ellos a la CNT), se imprimían los periódicos en Málaga, y salían a otras provincias, para después volver algunos a Málaga, modus operandi de la distribución del periódico CNT durante la clandestinidad, para evitar ser descubiertos.

Este sindicato valora positivamente la realización de estos actos, que son una muestra de la sensibilidad hacia estos compañeros y sus familias, y demuestra que sus anhelos de entonces son las nuestros también hoy, en la lucha por la libertad y por nuestra dignidad.

CNT MÁLAGA



MANUEL GONZÁLEZ REYES
Por Fernando Piernavieja

He dejado pasar un cierto tiempo para escribir estas líneas en recuerdo suyo. Nosotros, que en principio renegamos de Dioses, Reyes y Tribunos, sin embargo, en muchas ocasiones incurrimos en lo mismo que teóricamente combatimos; cuando fallece un compañero, todo son loas, recuerdos encomiásticos y alabanzas; pocas veces, por no decir ninguna, se recogen aspectos negativos del finado. Pues bien, he de decir que Manolo era terco, obcecado e inamovible en muchos aspectos, y estos adjetivos se los adjudico en ambos sentidos, tanto positivos como negativos.

No supe el verdadero apellido de Manolo, hasta muchos años después de habernos conocido, pues cuando me lo dijo, había transcurrido ya un largo periodo desde la desaparición del Dictador. No pudo utilizar su verdadera filiación por razones de seguridad que se vio obligado a adoptar tras la guerra y que se prolongo hasta no hace tanto tiempo.

Le conocí junto a otros compañeros mayores de Málaga, que mantuvieron la llama viva de la Organización durante la posguerra, cuando en los setenta iniciamos la reconstrucción de CNT en Andalucía. Entonces el era de mediana edad y fue el enlace intergeneracional de los jóvenes con los viejos. Ahora, yo también soy ya de los viejos.

Pero hablando de Manolo, al igual que de tantos otros compañeros ya desaparecidos, no podemos ignorar la importancia que han tenido tanto para ellos como para la Organización, las compañeras. Su compañera, Antonia, que al igual que tantas otras fue victima doblemente, primero de la guerra y luego durante la posguerra y la cárcel, de todo lo que por seguir con su compañero tuvo que pasar mientras el estaba preso, y ella con su hijos llevando todo para adelante y colaborando con los compañeros como enlace. No cabe duda que las ideas se imprimen desde la infancia, máxime viviendo de cerca y en las propias carnes de su padre, la represión; por eso sus hijos, también militaron en CNT cuando se reconstituyó nuevamente en Málaga.

Su amplia experiencia orgánica, su capacidad de actuación; en todos los aspectos y su conocimiento de las personas, desde una psicología practica aprendida de la vida y el trato con toda clase de personas, le hacia tener un “ojo clínico” que se convertía en profético. Detectó en aquella época convulsa de la reorganización, a indeseables, oportunistas, renegados e infiltrados. Intuyó la posterior escisión cegetista, a la vista de los comportamientos de algunos que luego fueron quienes encabezaron la separación.

Personalmente, he tenido con Manolo fuertes discusiones, por su negativa a ultranza a transmitirnos datos de sus vivencias que, personalmente, considero de capital importancia para, no solo la Organización, sino, fuera del ámbito interno de la misma; para el conocimiento histórico de ciertos acontecimientos de gran trascendencia. Episodios y operaciones de las que había sido actor principal y que, por su carácter digamos “reservado” era no solo comprensible sino necesario el no airearlos. Pero eso, hasta cierto momento.

Cuando desde hace tiempo se viene recopilando por los compañeros las memorias de quienes, por el mero transcurso de los años, habrán de desaparecer; Manolo se negaba a ello, hasta que no hace mucho, accedió a que se le grabase algunas de las cosas que quiso contar. Menos mal que también, nos queda una intervención suya en una conferencia a través de la cual, podemos conocer datos de interés sobre los libertarios y su organización en Málaga. Pero, insisto, era tozudo y cuando decía no, no había quien le sacase una palabra. Se ha llevado consigo parte de la historia de la organización, y, aunque alguna vez se le escapaba algo, que servia para tirar del hilo, rápidamente recogía velas y decía, “Hay cosas que es mejor que no sepas ni tu ni nadie, se hizo lo que había que hacer”.

Y así era en todo, hacia las cosas y nadie se enteraba de ello. Colaboró con la Organización, ya de mayor, siendo su apoyo económico importante, ayudándonos siempre de manera muy generosa. Recuerdo no hace tanto, que hizo entrega para la Federación Local de un cheque con la cantidad que había recibido por los años pasados en la cárcel.

Su vida es otro de los ejemplos que nos sirven para seguir en la lucha. Desde su juventud y hasta el ultimo momento, su carácter ha sido univoco, pese a todo lo que tuvo que pasar. Sus acendradas convicciones libertarias, no variaron un ápice a lo largo de su transcurso vital. Y cuando llegado el momento, vio que su estado físico, no era compatible con un mínimo de calidad de vida, tomo su decisión, que no tuvo que llevar a cabo, pues se extinguió antes.

Los libertarios, hijos de la derrota, pero herederos de la Utopía, hemos de seguir en la batalla cotidiana por la Libertad y contra la explotación del genero humano. La solidaridad y el apoyo mutuo, son nuestra fuerza. La acción directa nuestra arma y compañeros como Manolo González Reyes, el ejemplo a emular, para que sus vidas sean honradas por los que les seguimos.

SALUD Y ANARQUÍA