La CNT se concentrará el próximo sábado 27 de octubre en el Mercadona situado en Av. Federico García Lorca (Arroyo de la Miel).

En esta segunda concentración, que empezará a las 13:00 horas, se seguirá denunciando el acoso recibido por S. J. L. dentro de esta empresa.

Después de más de dos años sufriendo acoso por parte de su coordinador y de que altos cargos de Mercadona en la Costa como Miguel Escaño, jefe de personal y recursos humanos, hicieran caso o miso de sus quejas, S. J. L., afiliada a la CNT, decidió poner fin a los abusos de este coordinador interponiendo una denuncia por acoso laboral.

En la primera concentración una veintena de personas entre familiares y militantes de este sindicato informaron a través de panfletos y megafonía de las prácticas acosadoras de esta empresa, y particularmente de la actuación del jefe de tienda Daniel Pérez con respecto a S.J.L., afiliada a CNT.

El sindicato prevé que en esta segunda concentración aumentará con creces el número de personas que apoyaran con su presencia a la compañera afectada.

Hechos:

Los hechos se inician a principios de 2005, cuando Daniel Pérez comienza un proceso de presión laboral con el fin de eliminar a Susana J. L. como trabajadora de Mercadona. Señalar que anteriormente Susana tuvo un aborto, siendo significativo que Daniel Pérez no cambiara a la trabajadora de puesto, teniendo ésta que entrar en una cámara frigorífica a –20º, siendo éste un hecho que favoreció la pérdida del bebé. En unos meses se quedó embarazada de nuevo,
teniendo problemas de salud, pero en todo momento intentando perjudicar lo menos posible a Mercadona, como el hecho de pedirse las vacaciones que le correspondían en vez de darse de baja. Una vez que se incorpora, después de tener 16 semanas de baja maternal en vez de las 20 que Mercadona tiene firmadas, comienza la labor de acoso por parte de Daniel Pérez.

Dentro de la actuación de Daniel Pérez la trabajadora denuncia que ha sido vigilada por éste en los servicios, escuchando las conversaciones que tenía con las compañeras y llegando a entrar en los servicios para recriminarle; que la ha presionado para que le contara el contenido de conversaciones mantenidas con otros/as compañeros/as; le ha mandado hacer tareas extraordinarias que se salen de sus responsabilidades, normalmente relacionadas con la limpieza y que en bastantes ocasiones le ha gritado delante de compañeros/as y clientes, humillándola.

Toda esta presión la llevó a sufrir ataques de ansiedad y ser tratada médicamente. El acoso continúa, con amonestaciones por escrito, humillaciones delante de las compañeras, tareas penosas…

A consecuencia del acoso, S. J. L. ha sufrido y sufre: perdida acusada de peso hasta llegar a los 37 kilos, ataques de ansiedad, insomnio, pesadillas, ataques de llanto, sentimientos de indefensión e infravaloración, palpitaciones, temblores de manos y brazos, mareo, vértigo, sudor frío y dificultades respiratorias, crisis de pánico, niveles deteriorados de autoestima, ideas de autoliasis…