Ayer se publicaba el Decreto Ley de la reforma laboral firmado por el Consejo de Ministros. Dicho proyecto aún debe de pasar el control parlamentario, y con bastante probabilidad sufrirá algunos cambios; no en vano la redacción actual pone de manifiesto la chapucería con la que ha sido elaborado, así que, sin duda alguna y después del trámite de rigor, habrá una renovada y con cambios sustanciales. Pese a ello, las líneas fundamentales ya están trazadas y podemos afirmar que suponen un golpe sin precedentes a los derechos de la clase trabajadora desde la instauración de la democracia.
A grandes rasgos se pueden destacar los siguientes aspectos:
– Se abarata y subvenciona el despido, se bonifican toda una clase de contratos y se mantiene la posibilidad de despido colectivo simplemente con indicios de mala gestión (de forma que las empresas no tengan que argumentar suficientemente la mala situación), o cambio estructural. Es significativo que si la actuación empresarial es incorrecta, el despido colectivo no será ya nulo sino improcedente. Por tanto, no sólo se abre vía al mal hacer de las empresas sino que además se premia.
– Prácticamente desaparece la negociación colectiva pues se amplía la posibilidad de descuelgue del convenio sólo con indicios. Por otro lado, da más margen de actuación todavía a los sindicatos oficiales, pues aquellas empresas en conflicto donde no exista “representación unitaria” dicho conflicto será gestionado directamente por CCOO y UGT.
– Las ETT’s se convierten en entidades colaboradoras del INEM sin especificar cuál será ese alcance de colaboración y se prohiben tácitamente los vetos a las mismas en los convenios colectivos. Además entrarán en sectores antes prohibidos como el de la construcción. Tendrán ánimo de lucro.
– Por otra parte, se apuntan cuestiones importantes como la reforma de la LISOS (Ley de infracciones y sanciones en el orden social), régimen de la Seguridad Social… etc.
Ante tamaño ataque a nuestros derechos, la CNT, fiel a su compromiso con la clase trabajadora, no puede perderse en otros aspectos que no sean el de la confrontación directa contra los poderes económicos de este estado, que han demostrado su ineficiencia y miserabilidad para con la mayoría de la población –una minoría, por el contario, está obteniendo pingües beneficios con la excusa de la crisis-.
Es por eso que frente a la agresión que se nos viene encima la CNT debe de orquestar una respuesta continuada en el tiempo, independientemente incluso de la participación en las posibles huelgas convocadas, liderando la continuidad de la lucha y potenciando una estructuración interna ágil y eficaz.