El pasado viernes 27 de mayo por la mañana, la CNT-AIT de Málaga se concentró en la peatonal Calle Huescar, frente a la Delegación Provincial de la Seguridad Social, bajo el lema:
¡Por el reparto del trabajo y la riqueza, lucha por unas pensiones dignas!
Durante la misma se repartieron numerosas octavillas y se explicó con megafonía la visión anarcosindicalista de la reforma de las pensiones. Así, se evidenció que los panfletos eran bien acogidos en general.
Como allí se dijo, «los recortes que ha sufrido el sistema de pensiones en las últimas décadas no se han justificado con razones ideólogicas, sino que se han envuelto en ropajes contables y aritméticos, como si su manera ee hacer las cuentas, interesada y parcial, no influyera en el bienestar o el sufrimiento de la gente».
Los recortes que consisten en aumentar la edad de jubilación, la ampliación de los periodos de cómputo para calcular la pensión y la exigencia de más años de cotización para poder tener derecho a la pensión, están enfocados únicamente a disminuir la cuantía de la prestación y a que muchos trabajadorxs se queden sin pensión. Además es flagrante, como al mismo tiempo se intentan potenciar los planes de pensiones y el control comercial de los mismos por las empresas privadas (igual mercantilización se lleva a cabo con la educación y la sanidad).
Por todo ello, alentamos a la sociedad en general a frenar los recortes que se están produciendo en muchos ámbitos de nuestras vidas y que suponen una vulneración de nuestros más derechos básicos: jubilación, sanidad, educación, acceso a una vivienda digna,…
Ante los recortes en pensiones, la CNT dice:
«Es irrenunciable el derecho a una pensión en base únicamente a asegurar el bienestar en nuestra vejez. Las pensiones se han de financiar con las contribuciones de la colectividad, bajo el principio: de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades».«Las contribuciones empresariales y financieras a las pensiones deben aumentar. Está claro que las pensiones no son una prioridad del Estado. Las pensiones deben estar en el primer lugar entre los gastos de la sociedad. Los sistemas privados de pensiones no deben tener ningún apoyo público».
«Hay que tomar el control social de los sistemas públicos de protección social apostando por su autogestión y democratización por parte de los propios trabajadores, usuarios y la colectividad en general. Estas medidas que suponen repartir la riqueza que riqueza que la colectividad produce, deben ir parejas a medidas para el reparto del tiempo de trabajo y de reducción del paro».