Ha llegado el momento de liquidar nuestro proyecto anarcosindicalista. Liquidarlo, si, pero para transformarlo en uno nuevo que pueda recoger todas las energías y expectativas que cada vez más trabajadores y trabajadoras mantenemos en esta forma de organizarse y relacionarse. El tiempo y la validez de «la» STSI de la CNT-AIT de Madrid se extingue y expira. Ahora es el momento «del» STSI.
Después de diez meses de crecimiento en actividad social, sindical, así como en afiliación y militancia, la asamblea de la Sección de Telecomunicaciones y Servicios Informáticos de la CNT-AIT de Madrid ha tomado el acuerdo de convertirse en sindicato de ramo federado a la CNT.
En esta manera, el cosmos anarcosindicalista ve ahora nacer al Sindicato de Telecomunicaciones y Servicios Informáticos, el primero de dicho ramo que existe en la ya longeva historia de la mítica CNT.
Nuestras formas, reivindicaciones y objetivos permanecen sin variar ni un ápice, y son los mismos que nos han llevado hasta la consecución de este logro. Seguimos apostando por una organización entre iguales, horizontal, antiautoritaria y libertaria, alejada de las prebendas que el Estado ofrece a los sindicatos delegacionistas en forma de subvenciones u horas sindicales. Nos mantenemos además en frontal oposición a las elecciones sindicales, parlamentarias y de cualquier otro tipo porque no queremos delegar nuestros problemas y nuestras vidas en un tercero.
Este último año nos hemos enfrentado, con mayor o menor acierto, a corporaciones como Capgemini, Indra, Banco Santander (ISBAN), Ydilo o Panel Sistemas, y pese a que en algunos de estos conflictos el objetivo último no se ha conseguido (o al menos hasta la fecha de publicación de este artículo) la realidad es que han resultado todos en victorias. Victoria por demostrar que los trabajadores y las trabajadoras podemos organizarnos sin burocracias para defendernos. Victoria por difundir entre las plantillas cómo actúan y de qué viven los Comités de Empresa y en qué consiste ese timo llamado «elecciones sindicales». Victoria por la crispación, nervios y preocupación mantenidos en los directores y gerentes de estas empresas que pisotean nuestros derechos como si no fuese con ellos. Victoria por movilizar a la clase trabajadora más allá de las fronteras españolas. Pero, sobre todo, victoria personal la de cada uno de nosotros y nosotras por comprobar de primera mano el significado de la solidaridad, el apoyo mutuo y la dignidad anarcosindicalista.
Además de vindicar derechos laborales y responder a jefes tiranos, la espiral represiva del Estado o los procesos privatizadores de los últimos gobiernos han sido otros de los asuntos que también han ocupado nuestro tiempo y esfuerzo. En el ámbito social también ha destacado el trabajo que hemos desarrollado en en referencia a la privacidad en las redes, la represión digital y la autodefensa, habiendo lanzado un itinerario con otros colectivos e individualidades para continuar desarrollando estos aspectos bajo un prisma libertario.
Mantenemos en esta etapa como sindicato la ubicación de nuestros locales, donde seguiremos atendiendo, como hasta ahora lo veníamos haciendo, a todos los trabajadores del ramo para no solo intentar solventar dudas y problemas sino también para escuchar propuestas, ideas y anhelos. En definitiva, seguiremos «haciendo sindicato» tanto en nuestros locales de Tirso de Molina como en la calle y en otros espacios desde los que poder difundir la idea.
Aprovechamos para hacer un llamamiento a los trabajadores y trabajadoras del ramo TIC a que den el paso y se organicen entre iguales con el Sindicato de Telecomunicaciones y Servicios Informáticos de la CNT de Madrid. No es momento de mirar a otro lado, no es momento de mentirse a uno mismo y autojustificarse, no es momento de miedo alguno, es momento de tomar las riendas y disfrutar con la lucha por una sociedad justa e igualitaria.
Han sido meses de mucho trabajo hasta llegar a formar este sindicato de ramo, pero el camino no ha hecho más que empezar, porque nuestro anhelo de libertad y justicia continua más presente que nunca.
Seguimos adelante, a por la revolución social.