COMUNICADO DE CNT-AIT MÁLAGA POR EL 18 DE JULIO: MANIFESTACIÓN ANTIFASCISTA

Cuando el 17 de julio de 1936 los militares fascistas se alzaban para defender los privilegios de los poderosos, a organizaciones como la CNT no la cogieron por sorpresa pues sabían que la conspiración de Mola, Franco y Sanjurjo estaba en marcha. Apoyados por la derecha, los monárquicos, el clero y la burguesía tenían un plan bien programado para sembrar el terror.

Pero no les fue tan fácil, en buena parte del Estado Español se encontraron con la oposición firme y determinada de las organizaciones obreras que fueron las primeras en lanzarse a la calle a luchar contra los militares, que pretendían acabar con las aspiraciones de igualdad, justicia social y libertad que con plena legitimidad reclamaba el pueblo.

Así, dio comienzo al episodio más crudo y dramático de esa guerra social que desde hacía muchos años llevaba desarrollándose en España, debido a las condiciones de miseria y explotación tan graves que vivían l@s obrer@s y campesin@s. Grupo social que no era solo la base de los sindicatos y de unas justas aspiraciones a una satisfacción digna de sus necesidades materiales, sino que también era el germen consciente que exigía una revolución social y que desarrollaba una vida asociativa y cultural que la nutría de fuerzas, ilusión y capacidad.

Y eso era lo que querían exterminar los facciosos. Hicieron un daño inimaginable. Los horribles hechos que ejecutaron fueron borrados cuando reescribieron la historia, después de haber exterminado a los protagonistas de la revolución y de haber aterrorizado a los que los habían presenciado.

Cuando las tropas criminales de Queipo del LLano entraron en Málaga, los barrios populares quedaron desiertos por el temor a las barbaridades que se esperaban. Si bien en la zona republicana, los comités locales – conformados en órganos de gobierno de los municipios – llamaban a la calma y a no proceder con la ley del talión tras los bombardeos, el alcohólico asesino Queipo cumplía su promesa al invadir Málaga de que «por cada sorbo de cerveza caerían diez».

Y hoy, casi 80 años más tarde, elevamos nuestra voz y salimos a la calle el 18 de julio porque la verdad sobre lo que ocurrió es para much@s desconocida. Lo hacemos también para recordar a tod@s los que lucharon y/o dieron su vida por la libertad y la justicia social. Tenemos que hacerlo: la realidad social sigue evidenciando la necesidad de organizarse y de luchar para que la desigualdad social no siga aumentando. Porque esa burguesía conformada hoy por bancos y multinacionales están engrosando cada vez más sus beneficios y privilegios, mientras juegan con nuestras vidas sin importarles los problemas que tengamos que soportar.

De una vez tenemos que dejar de confiar en que la solución vendrá de constituir una Republica, de unos dirigentes políticos más honrados e instruidos o de unas leyes electorales democráticas más participativas. Ya en 1936 la República burguesa, que no supo ni pudo frenar el golpe de Estado, se cuidó de no entregar armas al pueblo que las reclamaba, pues no quería un pueblo organizado y con capacidad para autogobernarse. Y bien, esa es nuestra aspiración, esa es nuestra propuesta: articular autogestión, descentralización, apoyo mutuo y socialismo hacia un cambio social desde la horizontalidad y sin nuevos líderes ni explotadores. Como nos contaba el compañero malagueño Manuel Sánchez, que tendría unos 18 años en 1936: «colectivizamos el restaurante, cada cuál percibió según sus necesidades familiares y organizamos el trabajo sin jefes».

CNT-AIT de Málaga