El sábado comenzaron las Jornadas Libertarias de Otoño de CNT de Málaga, y para inaugurarlas nos visitó el compañero Amadeu Casellas y nos habló de su experiencia en las cárceles del Estado. Ya estuvo por aquí hace cuatro años, en 2010, el mismo año en que fue por fin liberado tras la enésima huelga de hambre, después de una lucha sin fin, del secuestro de 31 años al que lo ha sometido este estado constitucional en el que vivimos. Esta vez nos trajo su libro Un reflejo de la sociedad: Crónica de Amadeu Casellas en las cárceles de la democracia en el que ha plasmado esa lucha sin desfallecimiento ni cuartel que sostuvo contra el Poder. Y venció: ahí está libre, y lúcido.
Durante algo más de dos horas, con un hablar pausado, sin apenas digresiones, captando desde el principio la atención del auditorio, fue contándonos la historia de unos chavales de militancia anarquista que a finales del franquismo y principios de la Santa Transición llevaron la Acción Directa a sus últimas consecuencias: expropiación de los bancos en favor de la lucha política de lxs trabajadorxs. No fueron lxs únicxs, y su final tampoco fue excepcional: detenidos en 1979, condenados a un sinnúmero de años bajo la etiqueta de terrorismo (ya había democracia, decían), dio comienzo entonces la segunda vida de Amadeu en las cárceles del Estado. Y ahí se desarrolla un relato de lucha porque se cumpla la ley, la ley de ese Estado opresor que no existe en las prisiones: que las condiciones de lxs presxs sean mínimamente dignas aún habiéndoles arrebatado lo más valioso, que se cumplan las normativas penitenciarias sin necesidad de reclamarlas una y otra vez, que las políticas de reinserción lo sean verdaderamente… y las respuestas de esa maquinaria brutal: la coacción, la represión, la tortura (en el caso de Amadeu no física: la única paliza se la dieron a la entrada, después no se atrevieron: la importancia del apoyo exterior), el aislamiento (ocho años encerrado en una celda 22 horas al día y dos horas de patio sin compañía), la droga (nos relató cómo drogan “legalmente” a lxs presxs hasta destruirlos), el suicidio (verdadero asesinato de hombres y mujeres que ya no soportan todo esto)…
Pero también nos habló de los triunfos: los directores de prisiones cesados, los carceleros asustados ante un preso con conciencia y apoyo externo, las visitas de representantes públicos para negociar ante la respuesta social y las huelgas de hambre de Amadeu, las fugas, y finalmente la liberación.
Nos trazó Amadeu la evolución de la población presa en las cárceles a lo largo de las casi tres décadas que ha pasado dentro: de una población más pequeña (durante la “democracia” el número de presxs se ha incrementado exponencialmente) y más vinculada al delito contra la propiedad como forma de vida, hasta la entrada de lxs jóvenes adictos a las drogas a mitad de los ochenta que convirtieron claramente a las cárceles ya no solo en espacios de represión política sino de control de población empobrecida. Y ahí se centró en el aprovechamiento económico que se hace de las cárceles, un negocio en expansión para el que no hay crisis: actualmente, en España, hay trabajos forzados. Empresas Públicas gestionan el trabajo carcelario por el que lxs presxs reciben una miseria (aproximadamente 200 euros al mes) y del que grandes empresas como El Corte Inglés se aprovechan. Y si bien los trabajos son voluntarios, los profesionales de las cárceles (psicólogos, trabajadores sociales, pedagogos) recomiendan el trabajo a los internos, y si estos se niegan es que no manifiestan voluntad de reinserción, con lo que esto conlleva en la negación de permisos o terceros grados.
Nos animó a seguir en la lucha, nos habló del valor que tienen allí dentro los mensajes de apoyo, los panfletos, las pintadas, las concentraciones. Esos pequeños gestos tienen mucha más importancia de la que nosotrxs creemos. Y lanzó un reto para la CNT: entrar en las prisiones, sindicar a lxs presxs, que la conciencia política empiece poco a poco a calar en esos espacios de tortura.
Amadeo sigue militando en la lucha anticarcelaria, ayudando a presxs, participando en movimientos anticarcelarios y asesorando a abogados como experto que es en derecho penitenciario. El Estado lo tuvo secuestrado ocho años más de los que le correspondían según su ley, ya de por sí desproporcionada, y así lo confirmó el Defensor del Pueblo de Cataluña, así ahora está en la batalla legal para su reconocimiento. Nos ha traído su libro, aquí lo tenemos en CNT Málaga, y el importe de su venta irá para ayudar a diferentes luchas sociales de grupos autogestionados como la de Can Vies.