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PREACUERDO DE PRIMER CONVENIO ESTATAL DE ACCIÓN E INTERVENCIÓN SOCIAL

El pasado 31 de marzo se firmó un nuevo preacuerdo del convenio colectivo estatal en el ámbito de la acción e intervención social. De nuevo el acuerdo ente las cúpulas de las gestoras sindicales CCOO-UGT y la patronal “representativa” del sector se ha llevado a cabo a espaldas de los/las trabajadores/as.

http://www.fspugt.es/images/pdfs/acta_convenio.pdf

Recordemos que esta patronal “representativa” ya había denunciado, con la colaboración de CCOO, en 2009 el I Convenio colectivo estatal de Acción e Intervención Social que se había firmado en 2007. ¿Qué ha sucedido para que ésta misma patronal sea ahora la que firme el preacuerdo? Por un lado está la reducción de derechos recogidos en el texto, por otro, la disgregación del sector, y por último, la prioridad que se le ha dado al convenio de empresa sobre el sectorial. Hasta hace poco el convenio de empresa solo podía mejorar las condiciones de los convenio sectoriales, autonómicos y provinciales. Ahora el convenio de empresa podrá, por ejemplo, bajar el salario base en relación al convenio estatal con el único límite que establece el estatuto de los trabajadores, que vendría a ser unos 648 euros mensuales.

Durante estos últimos 6 años se han firmado entre la patronal y CCOO-UGT un sin fin de convenios en pequeños subsectores, con la clara intención de diseminar el sector y evitar así que los/las trabajadores/as tengamos fuerza y podamos plantar cara a los abusos que se están cometiendo. De esta manera se extiende el miedo, aumentando así la precarización entre los/las trabajadores/as. Esto permitirá a las empresas del sector conseguir conciertos con la administración pública de manera más sencilla, perjudicando a las asociaciones cooperativistas.

Quieren transformar a los pobres en un mercado rentable donde sus necesidades se conviertan en beneficios para estas organizaciones, empeorando las condiciones de los/las trabajadores/as y precarizando la atención e intervención a los/las usuarios/as.
En nuestras manos está evitar que esto pase, evitando los cantos de sirena de las gestoras sindicales CCOO-UGT que solo buscan legitimidad para poder firmar acuerdos con la patronal y aumentar sus subvenciones. Tras la firma del preacuerdo del convenio con la patronal, afiliados/as de CCOO mostraron su cabreo con su sindicato por la falta de transparencia.

A pesar de este cambio de jerarquía normativa a la hora de aplicar los convenios, debemos aprovechar la ocasión y organizarnos en secciones sindicales con el objetivo de presionar lo suficiente para conseguir un convenio de empresa digno.
Por eso, desde el anarcosindicalismo proponemos nuestro modelo de practicar sindicalismo, desde el asamblearismo, donde todos/as debatimos y decidimos, desde la acción directa y la solidaridad, sin intermediarios para solucionar nuestros problemas, y la autogestión para no depender del estado para llevar nuestra acción sindical y social. De nosotros/as depende trabajar con dignidad y dar una intervención digna, o sumirnos en la precariedad y someternos a las prácticas semiesclavistas de algunas de estas empresas.

Desde la CNT Málaga tenemos las siguientes reivindicaciones en el sector de la intervención social:

-No a la disgregación del sector: se divide a los/as trabajadores/as por distintos convenios, por lo que se merma nuestra capacidad de lucha.

-Estabilidad en el empleo: no a la temporalidad. Contratación indefinida desde el primer día como norma, no como excepción.

-Aumento salarial y social: mayor retribución y percepción de derechos para aumentar la calidad de vida.

-Respeto a la libertad sindical: es habitual en el sector que cuando reivindicas cualquier derecho laboral, no seas escuchado, te despidan o no te renueven.

-Aplicación de los convenios reglamentarios: se aplican otros convenios no vinculados con el sector, como el de Oficinas y Despachos, Hostelería, etc., por ser más precarios y rentables, algo que es ilegal.

-Categorías profesionales acordes a las funciones realizadas: en muchas ocasiones, la categoría laboral que aplican en el contrato es irreal e inferior a la que desempeñamos, por lo que el salario es menor.

-Realidad de las horas de trabajo: en muchos casos no incluyen las horas reales que trabajamos, sino solo las de actividad con los/las usuarios/as (por ejemplo, reuniones de programación, compra de material, preparación de talleres, etc.)

-Transparencia y claridad en las cuentas y en la gestión: acceso a los datos de las subvenciones y las cuentas para saber a qué se destina el dinero.

-Cese de cualquier chantaje emocional: los/as empresarios/as se excusan en que si se llegan a aplicar reivindicaciones, se empeora el servicio, cuando esto supone beneficios para los/as usuarios/as.

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