Ya nos acercamos a las fechas navideñas, donde el capitalismo ha conseguido instaurar en la cabeza de la mayoría de la personas del mundo que desde mediados de diciembre a mediados de enero todos y todas debemos ir a hacer multitud de compras, unas compras exageradas de ropa, regalos, comida, joyas, tecnología, perfumes…etc. un consumo navideño, que realizamos de manera casi autómata sin darnos cuenta de que es totalmente insostenible y perjudicial en todos los sentidos.
Es cierto que vivimos en una sociedad de consumo, siendo el consumismo el pilar básico del capitalismo. Somos una pequeña pieza del sistema donde consumir es la filosofía de vida dominante, donde seres alineados bajo la ley de la oferta y la demanda no se preocupan del desarrollo integral de las capacidades humanas, sino de favorecer la insostenible producción continúa de productos en beneficio del enriquecimiento de unos pocos.
En esta época del año todo el mundo tiene asumido que estas fechas significa comprar, hay algo que nos impulsa a consumir de manera desmedida sin fijarnos en factores tan evidentes para el consumidor como que los precios son mas elevados, asumiendo que es normal tener que pagar mas en estos días por productos, productos que casualmente en su gran mayoría, no utilizaremos nosotros/as.
Los factores que nos impulsan a comprar en estas fechas principalmente son:
La publicidad: este quizás sea el factor mas importante, desde semanas antes los mass media nos bombardean con anuncios publicitarios dirigidos no a que consumas un producto que tú necesites o desees, sino a que consumas un producto para que regales a otra persona. Los anunciantes realizan muchísimos esfuerzos en esto, principalmente en ofrecer los productos para los niños y niñas, aprovechando estos momentos donde afloran nuestros mejores deseos y sentimientos para reconducirlos hacia el consumo.
Las vacaciones de invierno: son fechas donde al tener vacaciones en las cuales no acompaña la climatología, aprovechamos para juntarnos con familiares o seres cercanos que no solemos ver de manera habitual. Somos una sociedad que vivimos obsesionada con el estatus y fascinada por las apariencias, donde por desgracia a mas cantidad de dinero y posesiones mayor prestigio social y estatus adquirimos.
La influencia de las religiones: son fechas señaladas para diferentes religiones debido al solsticio de invierno que coincide en el hemisferio norte, en el que para la gran mayoría de las religiones es un acontecimiento de especial significado y celebración por la que se realiza alguna clase de festividad, donde no falta abundante comida, bebida, regalos, ofrendas…etc.
Todos estos factores nos influyen para que realicemos un consumo exagerado de una manera autómata sin medir las consecuencias nefastas que esto conlleva para todos nosotros y nosotras, sin espacio para la reflexión ni para la crítica, sino únicamente para dominarnos de tal manera que durante estas fechas sintamos la necesidad social de comprar impulsivamente.
Las consecuencias de este consumismo navideño son la necesidad de gastar más cantidad de dinero en intentar aparentar ante los demás que estamos situados en una clase social superior, legitimando la propiedad privada como un derecho absoluto y el materialismo como un éxito individual.
Para poder alcanzarlo no nos damos cuenta del resentimiento en las economías familiares, de que propiciamos una mayor contaminación medioambiental demandando multitud de productos para ser adquiridos en tan corto periodo de tiempo, en la creación de empleo temporal precario que tras la crisis económica y esculpido por las distintas reformas laborales ha generado la temporalidad como una de las principales fuentes de ingresos de una inmensa mayoría de trabajadores/as que no lucharán por mejorar sus condiciones (no vaya ser que no les llamen para la siguiente campaña) y que a falta de un nuevo modelo productivo, actualmente las campañas como la de navidad, se han convertido en el motor económico de muchos países, lo que repercute en tener a su disposición trabajadores y trabajadoras “de usar y tirar”.
Conviene pues, cuestionar el sistema, reflexionar ante cada acto de consumo individual que en una sociedad globalizada adquiere una dimensión social, al raciocinio por un consumo responsable, a recuperar la creatividad, a no perseguir sueños inalcanzables que nos proponen en los anuncios publicitarios y a tomar conciencia de nuestra posición en la lucha de clases, que somos una clase trabajadora de la que debemos estar orgullos/as y no intentar aparentar, ni valorar positivamente quienes se encuentran en otras clases donde prima el dinero, la propiedad privada, el tener, dominar o poseer, porque ello no sólo nos lleva al desastre como clase, sino a permanecer y aceptar sin apenas darnos cuenta la perpetuación de esta forma de esclavitud.
Fuentes:
http://www.eldiario.es/zonacritica/trabajo_precariedad_navidad_6_580301997.html Cosas que dan más pena que el anuncio de la lotería
https://www.marketingdirecto.com/actualidad/checklists/20-razones-por-las-que-la-gente-compra 20 razones por las que la gente compra
http://revistas.upcomillas.es/index.php/revistaicade/article/view/153 La influencia de las creencias religiosas en el consumo. Una aproximación desde las tres religiones del Libro
http://www.ecologistasenaccion.es/article3725.html El consumismo navideño es insostenible
http://www.elpais.cr/2015/03/03/sociedad-de-consumo-religion-y-espiritualidad Sociedad de consumo, religión y espiritualidad
https://es.wikipedia.org/wiki/Solsticio_de_invierno Solsticio de invierno y celebraciones religiosas