Tráfico de influencias, clientelismo, electoralismo barato: ¡y no se indigestaron¡
Hemos leído en los medios cómo la cadena mercadona «tiene como filosofia de empresa no hacer publicidad de las donaciones que realiza habitualmente y colabora habitualmente con las organizaciones ciudadanas de Malaga» (citado en el pais de 18 diciembre 2006. pag. 31)
De esta forma nos enteramos que Mercadona se ofrece a pagar el banquete que da el Ayuntamiento a las organizaciones qué él estima conveniente agasajar, y que reporta muchos votos. La factura la pagará Mercadona; los informes jurídicos del ayuntamiento dijeron que eso era legal.
Está bien, esto estará permitido con su legislación en la mano, aunque a otros políticos de Marbella por ejemplo los han trincado tambien por ser agasajados por empresas, aunque fuera dentro de operaciones a mayor escala de la corrupción, y cualquiera puede pensar que un favor o donación de un particular es lo mismo que se haga a otro particular como a una institución. Asi que, no es el secretismo que pedía Mercadona, sino que el Ayuntamiento no puede permitirse el lujo de pagar comidas a 50000 euros a cargo de una empresa, a la en otro momento le tendrán que aceptar más de un permiso de apertura, por ejemplo.
También al aceptar estos «desinteresados donativos» se está dando credibilidad a una empresa que ha sido condenada en diversas ocasiones por acoso laboral, que no ha dudado en reprimir y despedir a cuantos trabajadores ha querido, mientras que realiza proezas para mantener la opinión acerca de la seguridad laboral de sus trabajadores. Aceptar estos donativos no es ni necesario ni ético por parte de un ayuntamiento, pues éste se debe a los ciudadanos no a los intereses de las corporaciones, por mucho dinero que tengan, y su labor social no es social, es simplemente empresarial.
¿Qué pasa con las asociaciones y organizaciones que protestan de manera reiterada contra la politica laboral de Mercadona? Se les envía a las fuerzas del orden para ser coaccionadas y reprimidas al manifestar su derecho de expresion y libertad sindical, y que muy preocupados llaman desde las sucursales de Mercadona, que dicen estamos «molestando a sus clientes» de su Ayuntamiento, falta decir.
Asi que no son gratiX a los ciudadanos lo que pague Mercadona, pues lo saca de su comercio y de la sangre de sus trabajadores, que hoy llevan mucho tiempo en lucha sindical, reclamando mayor seguridad, y algún huelguista recibió hasta palizas por ejercer su derecho a huelga contra esa importante empresa.