Operación Pandereta ¿Y si el ridículo de las acusaciones es parte del montaje?

Esta semana hemos vivido la segunda parte de la que llamaron “Operacion Pandora” calificada “Operacion Piñata”. Ambos nombres parecen expresar las intenciones de las mismas, la primera como un testeo para valorar que pasaba al abrir esa caja, deteniendo a 11 personas en redadas de madrugada con todo el montaje mediático al uso. Y esta segunda, con un nombre que parece indicar un ánimo de machacar a sus víctimas, con una sorna que muestra además una escasa preocupación por mantener una estética que legitime esta represión ideológica. Al conjunto de este montaje me referiré como “Operación Pandereta“. Este nombre lo vienen usando muchas personas y señala de forma clara el absurdo de la represión en esta España oscura que no ha salido del franquismo.

NO ES NOVEDAD:

La histórica represión al anarquismo:

Desde que el anarquismo empezara a expandirse en España ha sido objeto de persecuciones y montajes, dos de los más famosos son el de la Mano Negra y el caso Scala. En el primero, de finales del siglo XIX, el Estado usa unas muertes para inventarse una organización y hacer razias contra el movimiento anarquista que crecía en Andalucía. En el caso Scala directamente se usa a un confidente policial para realizar un atentado de falsa bandera con el fin último de parar el ascenso de la CNT, la única fuerza considerable que se oponía a aceptar la continuidad del franquismo en ese cambio estético que llamaron transición y sus pactos de la Moncloa.

Las leyes “antiterroristas”:

Un gran ejemplo de la continuidad del franquismo son las leyes antiterroristas juzgadas por la Audiencia Nacional, heredera directa del Tribunal de Orden Público. Si bien estas fueron mutando con los años se han caracterizado por dos constantes, la eliminación de los derechos procesales y la desvinculación del acto delictivo de la pena, bastando a menudo conjeturas basadas en una relación ideológica para imponer penas bestiales.

Aunque no exclusivamente, ha sido Euskal Herria el principal campo de pruebas en la aplicación de estas leyes. Son innumerables los casos así que destaco solo uno, el de Arnaldo Otegi, un preso político que está en prisión por luchar por la paz. Resulta ridículo y sorprendente que una de las personas que más ha encabezado el rechazo de la izquierda abertzale a la continuidad del terrorismo de ETA esté condenado por querer supuestamente “reorganizar la banda”.

Las detenciones políticas:

Si bien la represión política no ha cesado durante todos estos años en todo el Estado, el nacimiento del #15M y sus valores profundamente anarquistas hizo retumbar el tablero y puede verse como un momento de inflexión en la escalada represiva. Al principio debió de pillarles algo descolocados, y sistemáticamente detenciones y acusaciones acababan archivadas. La elaboración del nuevo Código Penal, que amplia el concepto terrorismo hasta límites surrealistas e instaura la cadena perpetua, y la Ley Mordaza, como forma de ruina económica para usar a discreción de la Delegación del Gobierno, son fruto evidente de la necesidad de usar de nuevo la cárcel de forma masiva contra la movilización política.

No han esperado en todo caso a estas leyes para lanzar toda una serie de operaciones contra la disidencia, espectaculares a veces como la detención de personas por hacer chistes en twitter con temas sobre los que no se deben hacer (y estos temas no son el machismo, ni el racismo, ni ninguno que no ponga en duda la autoridad) junto a muchos otros casos de persecución de delitos de opinión.

Destaco en este punto por recientes y absurdas las detenciones de los compañeros de Distrito 14 y Frente 202. Dentro del modelo de la detención como castigo y circo mediático, fueron detenidos 19 jóvenes acusados de delitos “contra la altas instituciones del Estado”, lo que, a la vista de lo sucedido ese día en el pleno de la junta de distrito, no es sino otra muestra del total desprecio del Estado ante lo que llaman “Estado de Derecho”.

LO QUE SÍ ES NOVEDAD:

Sin embargo, a pesar de todo esto, creo que la Operación Pandereta sí supone otro punto de inflexión en esta escalada represiva. Y hay varias cosas de ella que me resultan sorprendentes y que me hacen pensar que la respuesta a la pregunta del título es sí.

Como decía no es novedad, sino una tradición en este país y en muchos otros, penar a los anarquistas sin necesidad de que incumplan ley alguna, pero con los mártires de Chicago, Sacco y Vanzetti o los anteriormente mencionados, la Mano Negra y en el caso Scala, al menos había un acto que atribuirles, unas muertes sobre las que se construía y justificaba esa represión, aunque fuera una farsa la acusación a todas luces. En este caso dos pequeños artefactos, con un comunicado que parece escrito por alguien que odia al anarquismo, por el que además ya había gente en prisión, ha bastado para detener a 55 personas en la Operación Pandereta. Mención a parte hago del «“intento de”» que les atribuyen a todos y que da auténtica vergüenza ajena.

Como decía no es novedad, sino que por el norte lo vienen sufriendo de largo, la aplicación de leyes antiterroristas donde la simple organización política te lleva a la cárcel por muchos años sin necesidad de haber hecho absolutamente nada para dañar a nada ni a nadie. Pero hasta ahora al menos había algo en algún lado, ahora parece que ya ni eso es necesario. Es decir, ya no solo no hace falta haber participado en forma alguna en dañar a nadie para ser terrorista sino que ya no hace ni falta que haya nadie dañado. ¿Cuantas personas han resultado muertas o heridas por alguien de ideología anarquista en los últimos 30 años? Seguramente es la ideología más pacifista junto con alguna otra como el ecologismo o el feminismo, mientras otras que siguen impunes, como el fascismo (que nunca es considerado una ideología terrorista), han provocado decenas de muertos y miles de heridos en ese mismo periodo, o el machismo, que lleva un ritmo de genocidio social.

Y como decía no es novedad sino que sucede cada vez más a menudo, ver cómo se usa a la policía con fines políticos, en operaciones espectaculares que no persiguen evitar un crimen sino criminalizar a distintos colectivos, asaltos a domicilios de madrugada que crean una estética dura ideal para utilizar en la campaña de criminalización mediática y un estado de terror entre la disidencia, pero de nuevo veo aquí una novedad, y es referida a la desgana, la sorna del nombre y las acusaciones a la hora de lanzar la campaña mediática con acusaciones tan graves. No entro a analizarla pero me sumo a este artículo donde repasan muy bien los demenciales titulares de prensa que ha dado resultado.

¿Y SI EL RIDÍCULO DE LAS ACUSACIONES FORMASE PARTE DEL MONTAJE?

Inferir las intenciones del Estado cuando no se conocen los detalles ni los objetivos siempre es un acto especulativo, hay quién señala la cercanía de las elecciones como motivo, como el uso del típico recurso de la derecha de crear un enemigo social con el fin de llamar a su gente a filas, pero como digo el nombre de la operación, la absurda campaña mediática, los hechos imputados a ese “terrorismo” y en general, toda la Operación Pandereta no parece que esté destinada a crear alarma social. Puede que la indiferencia y el silencio sea la norma en la sociedad, pero difícilmente van a levantar una sola décima la preocupación por el terrorismo de los votantes con estos mimbres. De hecho antes al contrario si se mira la historia, y mirándome yo mismo, es ese tipo de represión brutal la que ha empujado alguna vez a muchos anarquistas a votar y estoy convencido que no somos tan pocos como les gusta hacernos creer, si bien, repito, no creo que la Operación Pandereta se produzca en clave electoral.

También hay quién dice que la Operación Pandereta es un preestreno del nuevo Código Penal y la Ley Mordaza. Ciertamente con el nuevo Código Penal serán muchísimas más las personas inocentes que se verás procesadas por terrorismo. Pero no veo el sentido ni la forma en que estas detenciones políticas ayudan en ese proceso. Ellos son conscientes de que las leyes son solo un conjunto de reglas que se aplican de forma selectiva a los pobres para mantener el control social. Sí, ciertamente hay gente en la cárcel por haber hecho daño a personas, pero los que lo hacen sistemáticamente lo hacen desde la impunidad, e incluso sin ser rico, un mismo hecho puede llevarte a la cárcel o no según interese al poder. Bien conocido es el uso de traficantes y otros delincuentes que actúan como soplones a cambio de impunidad, y mucho más sangrante es la protección que el régimen español da a asesinos, reclamados por la justicia por delitos de lesa humanidad; podríamos seguir con un interminable número de ejemplos.

Por esto veo también errada esta hipótesis, pues un uso tan siniestro y desganado de las leyes me parece que deslegitiman más estas nuevas vueltas de tuerca que lo que puedan ayudar a su implantación. A mi juicio, el mantenimiento para el Estado del orden capitalista se basa en una sencilla ecuación: someter a la gente por engaño, la mejor situación para el poder donde la explotación laboral y vital se desarrollan en su totalidad sin necesidad de invertir más energía y recursos; a los que no engaña pues comprándoles, lo que resulta más caro y engorroso en la obtención de plusvalías pero que se ha visto forzado a hacer en muchas ocasiones; y a los que ni engaña ni compra, el terror, en forma de palos, miseria y cárcel, cosa que da resultado si las víctimas componen minorías aisladas pero que es arriesgado e insostenible si se tiene que aplicar de forma masiva.

Es por esto que mi hipótesis es que la Operación Pandereta ha sido deliberadamente cutre y carente de todo sentido, que no se han molestado en crear un monstruo, ni siquiera en adjudicarles un herido, porque no está hecha ni para sus votantes ni para justificar las nuevas leyes, sino que es un mensaje para todos los que no pueden engañar y tampoco pueden ni están dispuestos ya a comprar. En la misma linea que poner policías con ametralladoras por las calles de Madrid, sin el más mínimo interés por justificar en que ayudaría eso a detener un atentado. Creo que la Operación Pandereta es un mensaje para dejar claro que al poder no le importan leyes ni hechos, que solo el silencio ante el terror capitalista, agachar la cabeza y conformarte con la situación, así estés en la calle sin nada, es lo único que te salvará de la cárcel.

NO TENEMOS MIEDO:

Muchas son las veces que ante un inminente ataque policial, en un desahucio o en una manifestación, hemos gritado “no tenemos miedo“. He conocido a muchas personas que afrontan situaciones terribles sin perder la sonrisa ni la entereza, no es mi caso desde luego, y la perspectiva de la tortura y la cárcel me espantan, pero más me espanta la perspectiva de callar, someterme y sumarme a eso que tantos llaman vida, como si se pudiera vivir mientras callas ante el verdadero terrorismo, el que mata a mujeres, migrantes y presos, el que encierra y oprime a personas solo culpables de tener un enorme corazón, el de este orden que mantiene a millones en la miseria sin que exista más razón que aumentar sus beneficios. Es por eso que si tengo razón me gustaría mandar un acuse de recibo con un lema #NoNosPodránParar

CONCLUSIÓN:

Muy posiblemente me equivoque, y sean las razones que descarto u otras que ni imagino las que están detrás de Operación Pandereta, que la desgana es fruto de como funciona la policía española, y donde el odio al anarquismo basta como motivo judicial, pero tal vez, solo tal vez, la Operación Pandereta sea el grito de miedo de unos cuantos hombres malvados que nos conocen mejor que nosotros mismos, que ven que cada día el anarquismo crece y crece y tiemblan ante la posibilidad de que un día se mire a sí mismo y se ponga de forma masiva a materializar un mundo nuevo, donde nadie sufra el terror de una sociedad desigual y se compruebe que nunca hizo falta otra ley que la íntima conciencia.

No lo sé, se anuncian tiempos aun más oscuros, sea cuajando esta operación o con las próximas leyes, y sí me da miedo, pero como dice la frase el momento más oscuro de la noche es justo antes de amanecer. No me pillará durmiendo.

Osecglob.

Operación Pandereta ¿Y si el ridículo de las acusaciones es parte del montaje?